enero 12, 2010

Recién casados

El resplandor del sol los encandiló por unos segundos, y por otros tantos se quedaron con el punto blanco en la retina. Pero juntos vieron el amanecer. Bailando sobre el pasto con rocío, sintiendo la tierra húmeda en los pies. Una danza de jóvenes viejos, de amor infinito e irresponsable. Sin zapatos, sin complicaciones. Bailando. ¡Disfrutando como dos chiquitos! Como antes…como nunca. Caminando de la mano y llegando tarde. Nadie los espera detrás de la puerta para reprenderlos. No tienen que regresar todavía.  Cruzando la puerta, la casa vacía como el firmamento cuando el sol se duerme. Las flores sobre la mesa todavía vivas. La olla silba un aviso: el agua está lista para el café. La hoja de un libro baila junto a la ventana abierta. La hoja le canta una canción al viento. Abrazados como un ayer lejano que se siente cerca, ven una pared en blanco y dibujan en ella lo que les conviene.  Se toman las manos.  Ella nerviosa de impaciencia, él nervioso de miedo. Las flores sobre la mesas comienzan a doblarse. Ella ve un salón de baile. Él, un reloj de arena.

- ¿Sabes dónde me gustaría ir, viejo? A París. Fui de pequeña con mi padre. Imagino lo lindo que sería ir contigo ahora.
- Un día a la vez, Martina. Un día a la vez.
- Es difícil lo que me pides. Me cuesta mucho recordar que es nuestro nuevo lema de vida.
- O de lo que queda de ella.
- La vida igual se va viejo. Ya somos grandes. Los chicos se fueron.
- Y nosotros pronto nos iremos también.
- Víctor, lo que ha dicho el médico no es para tomarlo así. ¡Es para que vivamos viejo! Si nos ha dado una semana de vida ¡es para que la vivamos!

5 comentarios:

Unknown dijo...

Sorprendente final y muy buen relato.. :)..

Eingana dijo...

Gracias Priska por tu comentario. Traté de dosificar la información para que el final no fuera predecible. Eres bienvenida a revisar los siguientes posts!

Saludos y gracias por tu comment!

Melanie Márquez Adams dijo...

Muy romántico Eingana! Me tomó por sorpresa que no se tratara en realidad de dos jóvenes. Una pregunta, ¿cómo así que los dos tienen una semana de vida? ¿Los dos están enfermos?

Eingana dijo...

En realidad todo el cuento se trata de los extremos de la vida y la muerte. Ella quiere vivir pero tiene una semana de vida, el sin ella no se imagina seguir viviendo. Como las parejas antiguas que se iban al mismo tiempo. Es el quien se muere al escuchar el diagnostico de su esposa. Como dices tu, es romantico hasta el final.

Pedro Garcia Millan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.