noviembre 10, 2009

Historia sin fin


Quiero comenzar confesando que esta historia no tiene fin. Los protagonistas, dos corazones apartados por un océano, el atlántico, pero cercanos, gracias a la magia. El primer corazón, le pertenece a un hombre sin nombre. Él, vive por sus sueños, ideales, su familia, las sonrisas, su barca, el atardecer que vio de pequeño junto a su abuelo y el amor. Le gusta cantar, entretener, el tiempo en el que vive, los frutos de sus esfuerzos, los niños, las canciones de cuna y el mar. Yo describiría a su dueño, con cuatro palabras: aventurero, romántico, príncipe y dragón. El otro corazón, es el de una mujer, sin nombre. Vive por sus sueños, ideales, su familia, las sonrisas, su arte, la noche en que abrazó a su príncipe en la barca y el amor. Le gusta escribir, los idiomas, la cocina, las demostraciones de afecto de sus mascotas, el calor de su edredón y el fuego. Su dueña, aunque no suene creíble, también es aventurera, romántica, princesa y dragón.

La historia por así llamarla, se desarrolla en un espacio paralelo, que no conoce límites ni entiende de distancias. Esta allí para unir, aunque en muchos más casos, separa. Los dos caminaban de frente, mirando ocasionalmente de reojo hacia atrás, sin olvidar la importancia de aquello que les esperaba si seguían su camino. Buscaban lo mismo. La magia, actuó. Sus corazones fracturados, encajaban. Y por primera vez, pudieron respirar. Una noche, ella estuvo para darle paz y escuchar. Una madrugada, él estuvo para devolverle la fé y para enseñarle a confiar. No piensan, están seguros de que es sólo un océano que los separa. Difícil sería, si fueran todos. En este mundo en el que viven, todo es posible y ellos parecen creer. Que así sea.

8 comentarios:

Maximiliano Galin dijo...

Si creen, se puede.
Me gustó tu relato, esperanzador.
Un amigo tiene un dicho muy cierto para mi: "amor a lo lejos, amor de pendejos" peor lo lindo es que no relatás esa distancia oceánica, sino el momento de encuentro, por lo que pongo mi cuota de fe de que será como usted dice.
un beso, y la invito a pasar por mi blog no neurótico.

Eingana dijo...

Maxi, yo tengo otro dicho "amor de lejos, felices los cuatro", yo soy la protagonista del cuento y siento que nuestros corazones siguen juntos, aún cuando hayamos tomado caminos opuestos.

Gracias por tu comentario y procedo a pasar por tu blog no neurótico :D

Maximiliano Galin dijo...

jajaja, me encantó tu dicho, siempre que no haya amor posesivo, cuenta y vale que así sea. Cuatro o quien sabe cuántos, para mi el hombre tiene una cuestión de conquista que se le juega más que a la mujer que si está con un hombre bien le alcanza, sólo que los mandatos sociales nos impusieron mucho tiempo que eso está mal, pero la biología manda...

Esto me salió hace un tiempo sobre le tener ue elegir una mujer para la vida, o un postulado contra la pareja convencional

Nos estamos viendo, besos.

solanda dijo...

Ade, tengo un problema de fe que se va agudizando con la adultez, me apena que el arquero que soy, deje de disparar con los ojos cerrados y corriendo y que no acierte como lo hacía antes. Es el desencanto que se vaticinaba, ha llegado, pero quiero tener fe en las otras historias, en los otros príncipes y los otros dragones. Espero con ansias, el día en que pueda volver a hacer triples saltos y dar en el centro de la diana. Te deseo lo mismo
S.

solanda dijo...

Ahora que lo pienso, mi mejor amigo desde hace 10 años es un peruano medio loco, melómano, tostado, mormón, conservador, adicto al dulce y de dientecitos de conejo, al que adoro porque a pesar de haberlo amado, nisiquiera el amor pudo destruir nuestra relaciones de afinidad y de guerra. El vive muy lejos, casi en otro planeta y puede que nunca lo vuelva a ver, pero aunque sea de marte, lo querre siempre. Hay cosas posibles, quiza el secreto es no ambicionar más que lo que la realidad nos ofrece.

Eingana dijo...

mi moraleja es que siempre hay que tener Plan "B"! jajaja

Ya en serio, pienso que siempre voy disfrutar del momento y ser feliz con lo que tengo, sin esperar màs de lo que estè supuesta a recibir.

Ser feliz es la moraleja :)

Melanie Márquez Adams dijo...

Ade, me quedo con tu moraleja del plan B. Bromas aparte, creo que todos debemos tener uno. Y no sólo un B, también un C y D, y los que haga falta, porque si hay algo que pudiera cambiar en mi vida sería el nunca haberme aferrado a una sóla persona o un único plan.

Pero nunca es tarde para rectificar, y ahora mismo ya voy avanzando con mi Plan B : )

Eingana dijo...

Dorothy,

como dice el protagonista de esta historia "tengo le dita incronciate" por tu plan "B". Yo por el momento, no espero ninguno :/